sábado, 28 de abril de 2007

HOMENAJE A UNO DE LOS GRANDES DE LA AVIACION ARGENTINA - BENJAMIN MATIENZO





Nuevamente, parece que todos los caminos parten de la Revista Lúpin . Sabía que el libro se iba a referir a Newbery.
El precio invitaba a comprarlo. Comencé a leerlo sin grandes expectativas.
Me pareció realmente un libro maravilloso, que relata detalle las travesías de muchos pilotos argentinos y chilenos abocados a cruzar Los Andes en avión.
En sus capítulos, cuenta la experiencia de pilotos como Newbery (Padre de la aviación argentina - precursor en esta empresa del cruce a Los Andes). El chileno Clodomiro Figueroa, Eduardo Newbery, Bradley, Zuloaga, Zanni, Candelaria (fue quien efectivamente pudo cruzar el macizo por primera vez), Locatelli, Almonacid... entre algunos otros.
La travesía, estaba planteada como un verdadero enfrentamiento entre Argentinos y Chilenos, por ver quien podría trasponer primero el gran macizo andino. Imagínese la dificultad de la empresa, considerándose que se llevaba a cabo en la década de 1910, con frágiles aeroplanos de tela y madera, con motores de 80 HP, que debían ascender frente a fuertes vientos, hasta la altura de los 6000/7000 metros para realizar la hazaña.
Además de los ya nombrados, el Piloto Benjamín Matienzo también intentó la hazaña, escribiendo lo que yo creo es una emotiva página en la historia de la aviación Argentina.
Vale recordar el desafío implícito entre argentinos y chilenos para la realización de la hazaña. Y si bien Argentina aventajó a su país vecino al lograr el primer cruce, a través del Teniente Luis Candelaria; los chilenos luego vieron el éxito a través de los pilotos Dagoberto Godoy (quien logró cruzar de ida y vuelta) y Armando Cortínez. Para esa misma época, varios argentinos reintentaron la hazaña fracasando repetidas veces, avivando las cargadas de parte de los chilenos.
Cabe destacar que los trasandinos gozaban de varias ventajas para el cruce: Contaban con un aeródromo al pie del macizo, poseían aviones modernos (Máquinas Británicas Bristol M1 C, probados con éxito en la primera guerra) y, principalmente, tenían corrientes favorables para el cruce, provenientes de vientos contraalisios (el propio Cortínez que tardó 55 minutos en su viaje de ida, necesitó 2 horas y media en la vuelta a Santiago).
Así, los argentinos intentan buscar una variante a la hazaña, intentando la travesía en escuadrilla, para lo cual son convocados el Capitán Pedro Zanni, el teniente 1º Antonio Parodi y el Teniente Benjamín Matienzo.
Tanto Zanni como Parodi eran pilotos más que experimentados para realizar la travesía; mientras tanto, el tercero, Benjamín Matienzo, era un joven tucumano de una familia tradicional con arraigo a la colonia, joven y algo inexperto, pero con gran valor para enfrentar tamaña empresa.
Los tres, se embarcaron a Mendoza, en el mes de mayo de 1919 ( época del año poco propicia para realizar el cruce). No se designó a otros pilotos destacados para chequear el tiempo en la cordillera, y se dejó la tarea en manos de los empleados de ferrocarril, quienes sólo estaban capacitados para realizar una observación superficial.
Las máquinas para la travesía eran Spad y Nieuport 28, cazas de la primera guerra, que por sus características carecían de autonomía operacional, por lo cual, ante las primeras controversias climatológicas, se arriesgaban a demoras y quedarse sin combustible.
El 3 de mayo de 1919 la escuadrilla realizó el primer intento, pero debieron regresar por las condiciones climatológicas.
A partir de allí, el tiempo cada vez peor, los pilotos aguardaban día a día esperando condiciones promisorias.
Mientras tanto, en Chile, se mofaron de la adversidad de los pilotos argentinos, con críticas, caricaturas en los diarios trasandinos, envío de prendas íntimas femeninas al alojamiento de los pilotos. Zanni, el más experimentado, es quien mantenía unido al grupo ante tanta adversidad: “Insistir, insistir hasta cruzar, pero todos o ninguno”.
Matienzo, sufría ante cada intento adverso.
Así, amaneció el fatídico 28 de mayo. Desde la estación de Ferrocarril de “Las Cuevas” llegó un escueto informe que decía “Tiempo bueno en la Cordillera”, que había sido dado por una persona sin conocimientos de los fenómenos metereológicos.
Alentados por el falso informe, los pilotos acudieron al aeródromo, las instrucciones proponían volar en sentido Santiago, durante 60 de los 140 minutos de autonomía total de los aparatos, pasado ese lapso, se usaría el margen de seguridad restante para regresar a base. Así lo entendieron Parodi y Zanni, en cambio, Matienzo, dispuesto a jugarse el todo por el todo, pidió ser relevado en el compromiso de “todos o ninguno” “O cruzo o no vuelvo, la Cordillera se empeñó contra mí, pero yo llegaré a Santiago o me sepultaré en ella” – Dijo.-
A las 6:38 a.m. los tres aviadores remontaron de Los Tamarindos. Parodi enseguida padeció problemas al romperse un pistón, el motor dejó de funcionar y tuvo que realizar un largo planeo para volver a base. Zanni y Matienzo siguieron internándose, luchando contra un fuerte viento que reducía al mínimo la velocidad de los aparatos. Zanni, convencido que no iba a poder cruzar por falta de nafta, emprendió el regreso.
Matienzo siguió adelante. Los jefes de las estaciones de Ferrocarril de Río Blanco, Punta de Vacas y Puente del Inca informaron su paso, a partir de allí, poco se supo. Un funcionario de la estación Caracoles, en Chile, informó ver un aeroplano perderse entre las montañas. Un grupo de arrieros afirmaron luego lo mismo. Pero asaron las horas, y de Matienzo nada concreto se supo.
La falta de noticias y la certidumbre de un accidente, frente a la falta de noticias, movilizó a la gente y a sus compañeros de escuadrilla. Al día siguiente, Parodi y Zanni fletaron un tren de auxilio, que al llegar a Puente del Inca se vió detenido por el temporal de nieve que se había desatado. A pie se rastrillaron los Andes por Carabineros Chilenos y miembros del ejército argentino. Ningún rastro, la nieve, en un temporal como nunca antes visto borraba todo posible rastro. La Cordillera se devoró al piloto, quien había marchado a su inmolación como respuesta a los espíritus mezquinos.
Muchos tratan a Matienzo como imprudente, sin ver en él a un aviador que quiso jugarse entero por dejar en alto el orgullo patriótico.
Seis meses después, el 18 de noviembre, una comisión policial encuentra el cadáver de Matienzo, recostado en una piedra, picoteado por los cóndores. Se lo encontró a 2 Km. de Potrero Escondido, en territorio argentino a unos 50 metros de unas casuchas abandonadas de mineros, que seguramente no pudo ver por la nieve. En el dedo meñique un anillo con iniciales y un revólver de 5 tiros con dos cápsulas vacías, que descargó para pedir auxilio o para alejar a los cóndores. Entre los objetos hallados en la ropa del héroe – mártir, el recorte de un periódico que comentaba con sorna la gran cantidad de tentativas truncas por parte de los argentinos. Haberlo guardado consigo demuestra cuanto daño le habían hecho a su espíritu .
Pero, si se había observado al Piloto del lado chileno, porqué se halló su cuerpo del lado argentino?
Se trata de reconstruir entonces el itinerario de Matienzo. Luis Candelaria es quien pone más empeño en el trabajo, estableciendo que Matienzo recorrió en vuelo 180 km., y al cubrir esa distancia , más la gente que lo observó en Chile, se determina que pudo lograr la quinta travesía a Los Andes.
Luego, en Febrero de 1950, a más de 30 años de los sucesos relatados, se inicia la búsqueda del avión de Matienzo por parte de una comisión militar.
El 4 de febrero de 1951, se encuentran los restos a 150metros del límite con Chile, semicubierto por piedras y rodados.
El histórico Nieuport puede verse hoy en el Museo Nacional de Aeronáutica, en el aeroparque.
El hallazgo de la máquina permitió establecer que al sobrevolar ya Chile agotó su combustible, la máquina planeó, pero los fuertes vientos lo devolvieron del lado argentino.
La única certeza es que Matienzo voló hasta quemar la última gota de nafta. El 30 de enero de 1926 se inaugura en el Parque San Martín de Mendoza un monumento a su memoria. En Capital Federal, se llamó Benjamín Matienzo a una Calle Paralela a Jorge Newbery.
Vaya este humilde homenaje a un valiente, que dejó su vida para mantener en alto el orgullo de los argentinos.


Monumento a Matienzo - Mendoza - Argentina

No hay comentarios: